El ajuste fiscal y el recorte del gasto impactaron de lleno en la obra de soterramiento del ferrocarril Sarmiento. En medio de fuertes restricciones presupuestarias, el gobierno decidió poner una pausa. Resultado: suspendieron a más de 100 trabajadores que se ocupaban en las tareas de excavación del túnel, que ya tiene siete kilómetros, de una obra que debería llegar a 18 kilómetros.
En el gobierno buscan atenuar el impacto de esta decisión y aseguran que la obra “sigue en marcha”, pero que continuarán con los trabajos subterráneos en la parte del túnel ya excavada.
Sin embargo, fuentes gremiales mostraron su preocupación ya que consideran que al frenar la fábrica de dovelas se abre un interrogante sobre la continuidad de la obra entre Villa Luro y Caballito. No hay fecha para que continúe la excavación del túnel, al que todavía le faltan 11 kilómetros. Según explican en el obrador, quedan unos 50 anillos en stock y se tendrían que seguir produciendo aunque la máquina esté en mantenimiento.
«Nosotros teníamos 24 camiones, pero nos dijeron que los teníamos que sacar a todos, antes del 31 de enero. Así que ya no vamos más ahí», dijo un ex empleado de Mautino Construcciones, que ahora está sin trabajo. Este miércoles fue desmontada la hormigonera del obrador de Haedo, y los camiones se llevaron piedra, arena y cemento. Además, levantaron los containers.
Por otro lado, este miércoles tampoco operó ninguno de los tres turnos de la fábrica de dovelas porque el lunes unos 60 trabajadores recibieron un telegrama de despido. En la puerta del obrador, en la avenida Rivadavia 16927 (Haedo), había pintadas contra la medida.
A partir de la declaración de asamblea permanente se abrió un canal de diálogo entre el sindicato, la contratista y el Consorcio, y podrían retomar a algunos de los trabajadores. Aún están negociando y este jueves esperan una reunión con la cúpula de la UOCRA.
El consorcio del soterramiento está formado por la italiana Ghella, con el 71 por ciento; y la local Sacde (ex Iecsa, propiedad de Marcelo Mindlin), con el 29 por ciento.
Más allá de cómo se resuelva la situación de los 60 trabajadores, unos 20 subcontratistas recibieron esta semana las notificaciones del Consorcio Ghella y Sacde con la suspensión en la fábrica de anillos de hormigón, en las obras de excavación del túnel y en el transporte de la tierra que se quitaba de ahí.
Hasta ahora la tuneladora avanzó siete kilómetros y está a unos seis metros del obrador de Villa Luro, en Capital. Se espera que en las próximas semanas termine de cavar esa etapa y el 15 de febrero quede a cielo abierto para el mantenimiento, que demorará dos meses.
Por este parate programado, es lógico que algunos de los camiones con tierra sean desafectados, pero sorprendió que también levantaran los containers del obrador y se frenara la fábrica de dovelas.
“Nos habían dicho que íbamos a trabajar acá seis años, pero pasaron sólo dos años y ya nos echaron”, se lamentaba este miércoles uno de los trabajadores despedidos.
Por otro lado, tampoco arrancó la construcción del túnel entre Haedo y Castelar, que según el proyecto se realizará con el mismo método austríaco con el que desde hace años se construye la extensión de la red de subtes de Buenos Aires (New Austrian Tunneling Method, NATM). Sólo habían arrancado el «ataque» de ese segundo túnel previsto en la primera etapa y después pasaron a los trabajadores al obrador de Villa Luro.
El soterramiento del Sarmiento tiene un presupuesto total de 3.000 millones de dólares, que están siendo aportados por el Estado nacional. Pero ahora todo quedó en veremos y habrá que ver cómo se reorganizan los plazos establecidos para terminar la obra, cuya finalización estaba prevista para 2022.