El episodio duró casi media hora: generó primero alguna alarma en policías y militares, luego sonrisas en algunos programas televisivos, y finalmente bromas en las redes porque el cuadro pareció de los desopilantes «videos» de Diego Capusotto: un viejo Ford Falcón se descompuso justo cuando pasada frente a la ultra custodiada Embajada Saudita en Ocampo y Libertador, sede que albergaba la primera noche su primera noche en Buenos Aires el príncipe Mohammed bin Salman. El heredero árabe, se sabe, está metido en un volcán internacional que lo sindica como presunto responsable del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en Turquía, y al que buena parte del mundo le endilga además responsabilidad directa en los crímenes de guerra en Yemen.
La escena, con los uniformados viendo que hacían ante el insólito cuadro, lució tan insólita como argentina. El conductor del Falcon, un hombre de unos 30 años al que acompañaba un chico, se tiró al piso en pleno Libertador con un martillo y empezó a los golpes tratando de «reparar» uno de los extremos de dirección del veterano vehículo, un cuadro en el que tuvo éxito si se tiene en cuenta que, a paso de hombre, el Falcón marrón claro al final pudo seguir avanzando. La primera parte de la «reparación» había sido de resultado incierto, porque cuando el coche volvió a ponerse en marcha, se notaba que el conductor no podía maniobrarlo, al punto que se acercó todavía un poco más a la verja ubicada frente a la embajada. Sin embargo, el conductor volvió al martillo, el extremo de dirección entró finalmente en razones, y despacito el Falcon de color marrón pudo evitar la grúa. «¿Le pidieron la VTV?», ironizaban en A24 y en redes también la escena mereció bromas. A tal punto llega la seguridad dispuesta sobre el edificio de la delegación saudita, que en las últimas horas se le colocaron vidrios blindados en todas las ventanas, e incluso en alguna de esas ventanas de pisos superiores se ubicaron además pesadas coberturas metálicas, como forma de convertirlas en infranqueables para todo tipo de armas de fuego.
Fuente: Perfil