El presidente, Mauricio Macri, reconoció que el aumento de las tasas de pobreza conocidos este jueves, del 25,7% al 27,3%, no es una «noticia fácil» y adelantó que la «tormenta» económica que vive el país hará que se demoren mejoras en el indicador, ya que quedan «meses difíciles por delante».
«Es un numero que esperábamos, que refleja las turbulencias de últimos meses y dificultades que estamos atravesando», afirmó el jefe de Estado en una comparecencia ante la prensa en la Casa Rosada, sede del gobierno en Buenos Aires, pocos minutos después de que el Instituto Nacional de Estadísticas (Indec) difundiera los datos de pobreza e indigencia del primer semestre del año.
Macri recordó que cuando llegó al gobierno, en diciembre de 2015, la pobreza estaba el 32,2%, pero insistió en que la progresiva bajada que se había registrado hasta ahora se ha visto interrumpida por la crisis, después de que a partir de abril pasado se iniciase una abrupta devaluación del peso que ha aumentado la inflación.
«Pero no vamos a dejar de hablar de la pobreza y menos dejar de trabajar para reducirla porque tengamos retrocesos», subrayó, convencido de que, aunque la de hoy no es una «noticia fácil», el gobierno va a seguir acompañando «a los que mas lo necesitan» destinando la mayor parte del proyecto del Presupuesto de 2019 a la inversión social.
En lo que va de año, el dólar ha incrementado su valor en Argentina en un 113% y el peso se ha devaluado más de un 53% frente esa moneda, al mismo tiempo que la inflación se fue acelerando hasta acumular en los primeros ocho meses del año un alza del 24,3%.
Estos desequilibrios llevaron al gobierno a pedir un millonario crédito al Fondo Monetario Internacional para poder acelerar las reformas y reducir el alto déficit fiscal al que el Ejecutivo achaca principalmente la pérdida de confianza de los inversores en el país.
«A raíz de esta tormenta sabemos que las cosas van a tardar más. Los resultados que iban a llegar antes ahora van a demorar y los indicadores de pobreza de mediciones de marzo y septiembre (de 2019) también van a mostrar retrocesos», aseveró el mandatario.
En este sentido, recalcó que su gobierno va a mantener la meta de acabar con la pobreza hasta «el final» de su mandato y va a dejar los «cimientos listos» para que «venga quien venga» pueda continuar este camino «hasta cumplir definitivamente con este objetivo».
«Tenemos meses difíciles por delante, pero nuestro objetivo sigue siendo el mismo que el primer día», afirmó, y remarcó que con su llegada a la Presidencia tras 12 años de Ejecutivos kirchneristas «muchos argentinos» decidieron cambiar para construir «un futuro diferente».
«No iba a ser fácil pero estamos convencidos de que esta es la única vía para que nosotros y nuestros hijos podamos tener una vida mejor», aseveró.
El presidente volvió a criticar duramente que durante el kirchnerismo se escondían los datos de la pobreza.
«La pobreza no desaparece porque se deje de medirla. Siempre vamos a decir la verdad y presentar las cifras como son. Ahora las presentamos sin negar la crisis», insistió.
La pobreza urbana se situó en el 27,3% durante el primer semestre del año, 1,6 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada en el anterior periodo, la segunda mitad de 2017, mientras que el de indigencia se ubicó en el 4,9% de las personas, 0,1 puntos porcentuales más.
«Hace poco tiempo les dije que los argentinos vivimos demasiadas crisis y esta tiene que ser la ultima. Todo el esfuerzo que hicimos en estos dos años y medio y todo lo que construimos está ahí. Juntos, pasada esta tormenta, vamos a crecer, y sé del esfuerzo que están haciendo», concluyó.