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Morir en la escuela: A un año de la explosión que terminó con las vidas de Sandra y Rubén

Hace un año, Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, trabajadores de la escuela 49 de Moreno, perdieron sus vidas por la explosión de una garrafa. Crónica de una tragedia que no tiene responsables políticos ni penales.

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A las 8:04 de la mañana del 2 de agosto de 2018, Sandra Calamano abrió la puerta principal de la Escuela Nº 49 Nicolás Avellaneda y se dirigió al comedor. Unos pasos detrás de ella, la seguía Rubén Rodríguez.

El olor a gas no los alarmó. Después de todo, tan solo un día antes Sandra -la vicedirectora de la institución- había denunciado por octava vez la existencia de una fuga. Y estaba tranquila porque, finalmente, el Consejo Escolar se había dignado a mandar un gasista matriculado que no encontró ningún problema en la instalación.

A las 8:06, Sandra y Rubén ingresaron al comedor por última vez: un resplandor mortal, seguido de una fuerte explosión, los hizo volar varios metros. El estallido, aparentemente originado por una garrafa tipo “zeppelín”, terminó con sus vidas al instante.

Fuente: Infocielo

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