Pero es una parte de la foto. La imagen completa de la actividad ganadera permite visualizar a las plantas que trabajan en el consumo interno trabajar por debajo de su capacidad operativa plena, mientras el consumo registra las cifras más bajas de los últimos diez años, con un poder adquisitivo del salario que no levanta cabeza.
Exportación a todo vapor, industria local a media máquina con consumo deprimido. Quienes trabajan en el día a día para abastecer a las carnicerías ponen de manifiesto su preocupación y sobre todo, el temor ante el avance imparable de la demanda china, que es una gran aspiradora que ha reconfigurado el negocio de la proteína animal a nivel global.
“El problema es que China paga valores altos y la realidad puntual es que el mercado local no tiene plata y no puede acompañar a la exportación”, reconoció Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), ante una consulta de INFOCIELO. El directivo no dejó lugar a segundas interpretaciones y advirtió que el gigante asiático “demanda todo lo que se pueda enviar”.
La categoría que se comercializó históricamente con los chinos siempre fue la vaca, pero los asiáticos no paran de comprar y empezaron a volcarse hacia cortes de la mesa de los argentinos. “El asado y el vacío también se van a China, por eso dejó de venderse barato”, estimó Pedace. En este sentido, reclamó que “tiene que haber otro sistema para que el mercado local este abastecido y que los matarifes no estén complicados y cierren carnicerías”.
La pregunta del millón en estos días previos a las fiestas navideñas es si habrá un nuevo reacomodamiento en los precios de las carnicerías. “En algún momento va a subir pero no sabemos cuándo”, sostuvo y no ahorró críticas para la industria exportadora. “Si el mercado exportador sigue a este ritmo faltará hacienda y no sabemos si en diciembre o en marzo la carne puede subir un 40%”, concluyó.
Fuente: Infocielo
