En un contexto de fuerte caída en la actividad turística, el Gobierno nacional resolvió trasladar el feriado del 12 de octubre, que este año cae domingo, a fin de generar un nuevo fin de semana largo y apuntalar el movimiento económico en los destinos turísticos.
El cambio fue habilitado a través del Decreto 614/26, firmado por el presidente Javier Milei, que modifica la Ley de Establecimiento de Feriados (N° 27.399) y permite trasladar aquellos feriados que coincidan con fines de semana —hasta ahora solo se podían mover los que caían martes o miércoles—.
La medida no menciona explícitamente al Día de la Diversidad Cultural, pero este feriado encuadra perfectamente en la nueva normativa: es trasladable y este año cae domingo. La confirmación llegó a través del secretario de Turismo y Deportes, Daniel Scioli, durante la apertura de Hotelga, la feria de hotelería y gastronomía en La Rural.
Según relató el funcionario, fue la subsecretaria de Turismo bonaerense, Sole Martínez, quien más insistió para lograr el traslado. La gestión también contó con el impulso del intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, uno de los primeros en elevar el reclamo formal desde marzo.
Una decisión con impacto económico… y político
En plena recta final de la campaña para las legislativas del 7 de septiembre, el cambio de criterio en la administración Milei marca un giro en su postura original, que cuestionaba la cantidad de feriados y días no laborables del calendario argentino. Ahora, en medio de la caída del consumo y la recesión en sectores clave como turismo, la estrategia parece buscar oxígeno económico y respaldo político en los territorios costeros y turísticos de la provincia de Buenos Aires.
“¡Lo logramos!”, celebró Barrera en redes sociales al conocerse la noticia. “El 12 de octubre será fin de semana largo. Era un pedido concreto de todos los destinos turísticos del país.”
Con esta modificación, el Ejecutivo abre la puerta para futuros traslados similares, una medida que podría ser bien recibida tanto por sectores económicos como por una sociedad que, en medio del ajuste, encuentra en los fines de semana largos una oportunidad de alivio y disfrute.