El 12 de marzo de 2018, en una reunión del Papa Francisco con parlamentarios de la provincia francesa de Marsella, puso en valor el lema de la República Francesa: Libertad, Igualdad y fraternidad. Y la voluntad de la Iglesia de crear las condiciones favorables para vivir juntos en fraternidad y llegar a una mayor equidad y libertad que respete las situaciones de los más frágiles. En octubre del año 2020, Francisco en Fratelli Tutti (F.T. 103-105), resalta la importancia de la fraternidad y haciendo un sencillo juego de palabras, podríamos hablar de la revolución “francisquera”, en contraste con la añeja Revolución Francesa.
El Papa Francisco en su Carta Encíclica Fratelli Tutti, nos expresa la importancia de los valores de la libertad, igualdad y fraternidad, en el desarrollo de la convivencia humana, pero para Francisco, la libertad y la igualdad son sueños irrealizables, sin una fraternidad que incorpore a todos, y que sea universal no sólo en sentido geográfico sino también existencial. Por eso manifiesta, que la fraternidad tiene algo positivo que ofrecer a la libertad y a la igualdad. La libertad sin una fraternidad cultivada conscientemente, sin una fraternidad educada para el diálogo, y sin una fraternidad que busca la riqueza mutua, dicha libertad esta desfigurada y puede llevar al abuso. O con las palabras de Francisco, se enflaquece, resultando una libertad que al ejercerla lleva a la soledad y a una pura autonomía, que no permite pertenecer a algo o a alguien, más bien sólo para poseer y disfrutar.
En esta encíclica, se valora la libertad y, al mismo tiempo, se pide una visión correcta de la misma, advirtiendo de sus posibles interpretaciones unilaterales o interesadas, porque el derecho de algunos no puede estar por encima de los derechos de los pueblos, ni de la dignidad de los pobres, ni tampoco del respeto al medio ambiente, puesto que quien posee algo, es solo para administrarlo en bien de todos. Un camino de fraternidad, local y universal, sólo puede ser recorrido por espíritus libres, que respetan la dignidad, y dispuestos a encuentros auténticos. (FT 50).
Al referirse a la igualdad, el Papa, destaca que tampoco se logra definiendo en abstracto que “Todos los seres humanos son iguales”, sino que es el resultado del cultivo consciente y pedagógico de la fraternidad. (FT 104) La fraternidad enriquece el sentido de la igualdad aportándole la riqueza de la dignidad del ser humano. Acercándonos más a la noción de equidad, porque ésta no consiste en dar a todos lo mismo, sino dar a cada uno lo que necesita y corresponde, en un orden de justicia.
La libertad y la Igualdad, como principios de la Revolución Francesa, en su proceso de manifestación y concreción de ideales han restado importancia a la fraternidad y ha sido sin duda el menos desarrollado, terminando por ser eliminado del léxico político y económico. Esto ha fomentado la acción del individualismo que no es capaz de generar un mundo mejor para la humanidad, porque no nos hace más libres, ni más iguales, ni más hermanos. Y da rienda suelta a las propias ambiciones y seguridades individuales que no nos permiten construir el bien común.
El Papa Francisco en Fratelli Tutti, ha tomado estos grandes valores y los ha reordenado y profundizado, queriéndonos decir que en ellos hay un secreto de la verdadera existencia humana y uno lo percibe cuando al leer la encíclica, la fraternidad nos ayuda a encauzar la libertad y la igualdad, para que en nuestra vida caminemos por la verdadera senda, que nos lleva a ser realmente humanos.
Después de recibir este mensaje del Papa, seria hermoso que saliéramos a la calle a proclamar la revolución Francisquera: Fraternidad, Libertad, Igualdad, para todos, como el verdadero orden que nos llevaría a la verdadera amistad social, y fraternidad universal.
Los abrazo, Hermanos Todos en el Señor.
Colaboradores de la Pquia. San Cipriano, y Padre Daniel.
