La tensión entre el movimiento obrero organizado y el Gobierno nacional volverá a ocupar el centro de la escena este jueves 10 de abril, cuando se concrete un nuevo paro general convocado por la CGT. Se trata de la tercera medida de fuerza de gran escala desde que Javier Milei asumió la presidencia, y busca poner un freno a las políticas de ajuste que, según los gremios, afectan directamente a los trabajadores y a los sectores populares.
En la provincia de Buenos Aires, la protesta tendrá consecuencias visibles en la vida cotidiana: las escuelas suspenderán las clases, los hospitales trabajarán con servicios mínimos, y se verá reducida la atención en bancos y organismos estatales.
El transporte público, aunque no totalmente paralizado, sufrirá fuertes alteraciones. Los trenes y subtes no prestarán servicio, dado que los gremios ferroviarios y del subte se adhieren a la medida. En contraste, los colectivos circularán con normalidad, ya que la UTA decidió no sumarse al paro en esta oportunidad.
Lo mismo ocurrirá con los subtes de la Ciudad de Buenos Aires: los metrodelegados anunciaron su participación en la medida de fuerza y las seis líneas y el premetro permanecerán sin servicio.
En cambio, los colectivos funcionarán con normalidad. La Unión Tranviarios Automotor (UTA) no se suma al paro, debido a que rige una conciliación obligatoria hasta el 11 de abril. Por lo tanto, las líneas de colectivos urbanas e interurbanas circularán normalmente.
El sector educativo será uno de los más impactados por la medida de fuerza. En la provincia de Buenos Aires no habrá clases en la mayoría de las escuelas públicas, debido a la adhesión de los principales gremios docentes como SUTEBA, FEB, UDOCBA y CTERA a nivel nacional.
En las universidades públicas también se prevé una jornada con actividades reducidas o directamente sin clases. En los colegios privados, la actividad dependerá de cada establecimiento y de la posibilidad del personal de acceder a sus lugares de trabajo.
Los hospitales y centros de salud bonaerenses funcionarán con guardias mínimas, garantizando solo la atención de emergencias. La medida de fuerza afectará turnos programados, atención administrativa y consultorios externos.
Los bancos no atenderán al público durante la jornada del jueves 10 de abril, ya que La Bancaria adhiere al paro general.
En cuanto a la administración pública, se espera un fuerte nivel de acatamiento en dependencias provinciales y municipales, especialmente en oficinas de atención al público, registros civiles, ARBA y otras áreas estatales.
El escenario anticipa una jornada compleja, atravesada por el descontento. En un contexto de inflación creciente y ajustes sucesivos, la protesta se configura como una nueva señal de alerta en la relación entre el Gobierno y los sectores sindicales.
