Lo que comenzó como un llamado al 911 por un robo en Máximo Paz, terminó con un patrullero volcado, y varios heridos en un cruce urbano de Monte Grande, en el partido de Esteban Echeverría. La secuencia, que se extendió por más de 25 kilómetros y atravesó tres localidades, volvió a poner bajo la lupa la coordinación y los límites de los operativos policiales de alta velocidad.
Todo se inició en la calle Sarmiento al 300, en la localidad de Máximo Paz, partido de Cañuelas. Allí, personal policial acudió tras recibir una alerta por un Volkswagen Voyage color oscuro en el que varios hombres habrían participado de un ilícito aún no detallado. Al identificar el vehículo, los efectivos iniciaron una persecución que se dirigió por Ruta 205 y luego se incorporó a la Autopista Presidente Perón en dirección a Monte Grande.
Durante el trayecto por la autopista, los policías denunciaron haber sido atacados a tiros desde el vehículo sospechoso, desatando un enfrentamiento armado en movimiento. La situación sumó riesgo no solo para los oficiales, sino también para otros conductores que circulaban por la zona.
La persecución culminó cuando el patrullero, al llegar a la esquina de Avenida Nuestras Malvinas y Wieman, chocó violentamente contra un Peugeot 206 negro que circulaba por la zona. El impacto provocó el vuelco del móvil policial, dejando a tres agentes atrapados en su interior. Uno de ellos logró salir por sus propios medios y asistió a sus compañeros.
Por su parte, los cuatro ocupantes del Peugeot sufrieron traumatismos leves, aunque fueron inmovilizados y trasladados con collarines por precaución a centros de salud cercanos.
En el lugar trabajaron Bomberos Voluntarios de Esteban Echeverría, personal del SAME y agentes del Centro de Monitoreo de Monte Grande, que venía siguiendo el operativo desde su inicio.
¿Y los sospechosos?
Hasta el momento, no se informó oficialmente si los ocupantes del Volkswagen Voyage fueron detenidos o lograron fugarse, aunque fuentes de la investigación señalaron que continúa la búsqueda de los involucrados, con intervención judicial y análisis de cámaras de seguridad.
El caso reabre el debate sobre los protocolos de persecución policial, especialmente cuando cruzan múltiples jurisdicciones y derivan en situaciones de riesgo para terceros no involucrados.
Fuente: cañuelasaldia
