En un movimiento que ha despertado una fuerte controversia, el gobierno de Javier Milei anunció la reformulación del canal infantil estatal Paka Paka y de su personaje más emblemático, Zamba. El anuncio, hecho en el Día del Niño, parece ser un nuevo intento del gobierno por cambiar el enfoque del canal, después de no lograr su objetivo inicial de privatizarlo.
Zamba, su personaje central, viajaba por la historia del país, presentando a los niños episodios clave de la misma. Sin embargo, estas representaciones no estuvieron exentas de críticas despiadadas por parte de quienes consideraban que el canal promovía una visión demasiado sesgada de la historia hacia lo nacional y popular.
Durante años, Paka Paka ha sido un referente en la educación audiovisual infantil, con contenidos que abordan la historia, la cultura y los valores democráticos de Argentina. Sin embargo, la administración de Milei, que ha sido crítica del canal desde sus orígenes, ahora busca modificar lo que considera una «excesiva politización» en su programación.
La promesa de ofrecer contenido «menos politizado» ha sido rápidamente interpretada como una estrategia para imponer la ideología libertaria del gobierno. Los críticos alertan que, bajo este pretexto, se podría estar eliminando la pluralidad y diversidad de voces que han caracterizado a Paka Paka, sustituyéndolas por narrativas alineadas con la visión de la administración actual.
El personaje de Zamba, que ha enseñado historia y derechos humanos a generaciones de niños, podría ser uno de los más afectados por esta reforma, convirtiéndose en un vehículo para la promoción de ideas que distan de los valores que hasta ahora ha transmitido.
La reestructuración de Paka Paka no solo plantea interrogantes sobre el futuro del canal y de su contenido, sino también sobre el impacto que estas decisiones tendrán en la educación y formación de los niños. Para muchos, este cambio es una señal preocupante de que el gobierno busca manipular el contenido infantil para ajustar la realidad a su propia agenda ideológica, sacrificando una vez más el valor de la educación pública en aras de su proyecto político.