Deseo transmitir mi fascinación, admiración, reconocimiento y altísimo respeto por Pablo Picasso y su vasta obra, pero especialmente hoy quiero contarles que hace 40 años atrás, el Guernica (quizá la obra más importante) finalmente iba a ser exhibido en España, siendo Guernica la ciudad del país Vasco que sufrió el espanto y el horror del bombardeo alemán, hecho que quedó plasmado en el lienzo del artista donde denunció la atrocidad y barbarie.
El gobierno español hace 80 años le encarga a Picasso quien vivía en ese entonces en Paris una pintura (sin pedido de temática) para el pabellón español de la exposición internacional de parís de 1937.
Picasso en abril acepta participar de la exposición y mientras va pensando el tema, el 26 de dicho mes se produce el bombardeo en Guernica por la legión cóndor alemana y la aviación italiana lo cual desata en el artista la necesidad imperiosa de no seguir buscando temática a desarrollar, la tenía sucediendo en la cruenta realidad.
Su primer destino fue el Casón del Buen Retiro (vinculado al Museo del Prado) hoy podemos disfrutarlo en el Reina Sofía donde definitivamente se encuentra sin blindaje ni guardias armados, solo prohíben fotografiarlo.
El traslado de la obra (una de las más emblemáticas de la historia del arte fue una verdadera aventura). A pesar de que en 1968 había sido solicitada por el gobierno de Franco a la MoMa el traslado de la obra no fue antes del cambio del régimen, una posibilidad real.
Fue una operación ultra secreta con un Boeing 747 se traslada después de 4 décadas de custodia ejercida por el Moma de New York a pedido estricto de Picasso no volvería la obra mientras no fueran restituidas las libertades públicas.
La operación fue bautizada “Cuadro Grande” en el más absoluto de los secretos. El mismo 9 de septiembre de 1981 en horario habitual para evitar suspicacias el director del MoMa Richard Oldemburg pidió que se baje la obra (de 8 x 4 Mtr.), se quite el lienzo del bastidor y se enrolle.
Escoltado el Guernica se dirigía al aeropuerto donde abordaría un jumbo de incognito encontrando el final de su exilio.
Solo recién en suelo firme el capitán daría conocimiento a los pasajeros y a la tripulación, que con ellos venia de incognito y muy custodiado el Guernica.
