La semana pasada se entrecruzaron dos noticias de diferente origen, pero con datos tan duros que preocupa su resultado.
Tomó presencia en las redes sociales imágenes de recibos de sueldo de empleados municipales con montos de bolsillo que exponen una situación de falencia drástica y muy profunda. Además se afirma que los sueldos expuestos representan cerca del 60% del personal.
Desde otro lugar llegó la noticia de los costos de la canasta básica de alimentos, los parámetros de indigencia y de pobreza del mes de marzo de este año, que publica el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).-
Desde LHN conversamos con Sebastián Montoya delegado de ATE, y le preguntamos por esta difícil situación que atraviesan los empleados municipales, y nos decía:
-“Como ya es de público conocimiento los salarios de los trabajadores municipales se ubican por debajo de la línea de indigencia y esto no solo lo dicen los datos que arrojo del INDEC, si no también cuando abrimos la «la heladera», realmente es una situación muy preocupante. Teniendo en cuenta que el salario básico promedio, de planta temporaria mensualizada con treinta horas semanales, es de $ 9.621, con los descuentos de ley se transforma en apenas $ 7.667 de bolsillo, incluso aquellos que tienen un régimen semanal de cuarenta horas que apenas superan los $ 11.000 mensuales de bolsillo, se hace complicado acceder a la canasta básica y desde el municipio, confirmando lo verdadero y extremos de la situación, intentan compensar los escasos sueldo de los trabajadores con bolsas de mercadería de desarrollo social; una verdadero atropello.”
Si hablamos del otro murallón a superar en la búsqueda de una vida mejor, esta dado por la línea de la pobreza. El INDEC informó que en marzo esa línea se ubicó, para una familia con dos adultos y dos niños, casi en los $ 28000. Es importante aclarar que esta medición que contempla además de alimentos, otros gastos de bienes y servicios no alimentarios como vestimenta, salud, educación y transporte, es un horizonte muy lejano para los salarios de aquellos los empleados municipales herenses.
Hay un contraste que los municipales conocen y lo hablan cuando se conversa sobre sus sueldos, la remuneración de funcionarios jerárquicos. Por ley provincial se fija el sueldo del intendente entre 15 y 22 sueldos básicos municipales, aunque no es obligatorio sino orientativo, se dice que de los informes de la propia intendencia en Las Heras se está más cerca de esos 22 sueldos superando los $140.000 mensuales, a lo que hay que adicionarle una suma casi de la mitad de ese monto en concepto de viáticos. Esto no sería tan grave si fuera un solo sueldo sobre dimensionado, sino que a ese habrá que sumarle la de los demás secretario y funcionarios que arriman bastante más al sueldo del intendente que al de un empleado.
Todo ello conjuga un coctel difícil de explicar al momento de sostener que las cuentas no dan para mejorar los haberes a los municipales. Este año los gremios que participan de las paritarias (SEM y UPCN) firmaron un acuerdo por una suma por única vez de 2 mil pesos en abril y un aumento del 3 por ciento en mayo.
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Hace pocos días trascendió que UPCN solicito en el Concejo Deliberante la reapertura de las paritarias o medidas similar por el alto nivel inflacionario.
Esta situación de indigencia, según los datos del INDEC, no solo condiciona la vida de la llamada “familia municipal” sino que impacta directamente en la economía herense, reduciendo el comercio e impidiendo el efecto multiplicador de consumo local.
Parece que podríamos escribir una premisa de origen comunicacional: de dos noticias malas, resulta una tercera de su misma condición.
