El teatro de San Miguel fue el escenario de un acto que mezcló referencias autoritarias, discursos alarmantes y una puesta en escena más propia de Micky Vainilla personaje ficticio de Diego Capusotto, donde el personaje es una sátira del estereotipo elitista que, convencido de su superioridad, aprovecha cualquier ocasión para expresar su desprecio hacia los que considera inferiores, ya sea por su etnicidad, condición social, vestimenta, etcétera, que de un espacio político serio.
Liderado por Santiago Caputo, el evento presentó el “brazo armado” de los libertarios, una agrupación llamada Fuerzas del Cielo, que según sus organizadores será el eje de un proyecto político que mezcla misticismo, conservadurismo extremo y estrategias de ocupación de poder.
Romo y el Gordo Dan subieron cantando el hitazo libertario cargado con «pura poesía» libertaria “Me chupa la pija la opinión de los kukas”, con una contundencia desprovista de sutilezas, ya hablándole a todos los presentes, anunció: “La agrupación Fuerzas del Cielo que se está formando hoy aquí es el brazo armado de La Libertad Avanza, la guardia pretoriana del presidente Javier Milei”. La declaración, cargada de connotaciones históricas que remiten a regímenes autoritarios, generó preocupación por su implicancia en el contexto democrático actual, banalizando la violencia como herramienta política, la historia ya nos mostró a dónde llevan estos discursos de odio.
Algún fiscal en la sala que analice si que un grupo de civiles afirme junto al @GordoDan_ que lanzan el «brazo armado» de un presidente no sería motivo para realizar esas denuncias rápidas que suelen hacer con otros temas menos preocupantes? No parece estar acorde a nuestro… pic.twitter.com/JyKY5KE2EY
— Pablo Serdán (@pabloserdan) November 17, 2024
Dan continuó con un llamado explícito a la acción política: “Con las redes no alcanza. Hay que ocupar todos los espacios, meterse en la política, construir nuestros propios dirigentes, llenar las listas”. En un tono que combinaba paranoia y retórica divisiva, cerró su intervención afirmando que este «poder» sería utilizado para mantener “bien alejados a los zurdos degenerados de nuestras familias y nuestros hijos”.
El discurso, lejos de quedar como una anécdota, pone en el centro del debate los límites entre la libertad de expresión y las amenazas veladas a la democracia. Si bien la estética del acto parecía una parodia de propaganda fascista, el contenido de los discursos y la explicitud de los objetivos planteados generan preocupación sobre el avance de discursos extremos en el panorama político argentino.
Cabe recordar que a los discursos de odio se le suman el retiro de bustos, cuadros y banderas políticas de edificios públicos, y la La obsesión de Javier Milei por invisibilizar y «enterrar» al kirchnerismo el sábado por la noche, apenas un día después de retirar el busto de Néstor Kirchner que se encontraba en las oficinas del edificio central de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), el Gobierno ordenó tapar un mural del expresidente en la sede que el Correo Argentino tiene en Retiro.
También se retiraron pósters de Eva Perón, lo que desató debate entre sectores políticos. Algunos cuestionan la acción como un intento de borrar símbolos históricos.
El acto de San Miguel deja en claro que, para ciertos sectores de La Libertad Avanza, las palabras y las imágenes no son casuales, sino parte de una estrategia deliberada que mezcla nostalgia por regímenes autoritarios con promesas de restauración del orden bajo valores tradicionales. Una combinación que, aunque risible en lo superficial, plantea serios desafíos para la convivencia democrática en el país.