El conflicto gremial en el Hospital Cuenca Alta Néstor Kirchner de Cañuelas vuelve a encenderse. Luego de dos semanas de un cuarto intermedio solicitado por las autoridades del hospital —quienes representan a la Nación— los trabajadores han expresado un profundo descontento, ya que sus reclamos no fueron trasladados al Ministerio de Salud, diluyendo cualquier posibilidad de resolución.
Dos semanas atrás, el personal organizó un abrazo simbólico al hospital para visibilizar su reclamo salarial, al que misteriosamente le siguió la circulación de un mensaje por WhatsApp anunciando que la protesta había sido suspendida, supuestamente por una oferta de última hora de la dirección. Sin embargo, ese día no hubo ninguna propuesta concreta, lo que para los trabajadores demuestra la incomodidad de las autoridades ante la protesta.
El principal reclamo del personal médico y no médico del hospital reside en la actualización salarial. La creciente brecha entre sus haberes y la inflación acumulada ha generado un éxodo de profesionales altamente calificados hacia el sector privado, donde las condiciones salariales son significativamente más atractivas. Esta migración pone en riesgo la continuidad y calidad de la atención en el centro de salud, un hospital de referencia en la región que ofrece servicios de alta complejidad a los habitantes de Cañuelas y otras localidades cercanas.
Desde la asamblea de trabajadores, expresaron su preocupación y frustración ante lo que consideran una estrategia de las autoridades para «patear el conflicto dos semanas», sin intenciones reales de avanzar en soluciones. Advirtieron que retomarán las medidas de fuerza si no se obtiene una respuesta favorable en el corto plazo, y solicitaron a las autoridades del hospital y del Ministerio de Salud que atiendan con urgencia sus demandas para evitar que la situación empeore.
El conflicto en el Hospital Cuenca Alta de Cañuelas refleja una situación cada vez más común en el sector público, donde la falta de actualización de los salarios frente a la inflación está empujando a numerosos trabajadores a abandonar el sistema público, poniendo en jaque a instituciones esenciales para la comunidad.
