
Queridas Hermanas y Queridos Hermanos. Gracias a la generosidad de Las Heras Noticias, queríamos compartir un momento de reflexión pastoral. Un lugar donde la parroquia pueda hacer saber, que le da sentido o anima la espiritualidad de la comunidad de San Cipriano en cada momento y situación.
Ahora compartimos algo de la espiritualidad del tiempo de Cuaresma. Estos cuarenta días tienen como finalidad preparar a las personas para la celebración de la Pascua. Dicha preparación es el camino de conversión que propone la Iglesia, haciendo penitencia. Penitencia que consiste en hacer una serie de ejercicios que nos ayuden a contener nuestros impulsos menos fraternos o egoístas, dedicando un tiempo de calidad a la oración, y realizando acciones concretas de caridad en favor de los hermanos.
La Cuaresma tiene como telón de fondo espiritual la imagen bíblica del desierto. Desierto que representa por un lado la experiencia del pueblo de Israel después de la salida de Egipto, y por otro, la oración y el ayuno de Jesús que termina con su victoria sobre las tentaciones. Ambas experiencias registradas por la Sagrada Escritura inspiran el camino Cuaresmal, porque en este tiempo los creyentes estamos llamados a retomar nuestra condición de Hijos de Dios que comenzó en nuestro bautismo.
En la Cuaresma se leen textos del Evangelio que subrayan los dones de Dios en bien de sus Hijos. Este año se lee el Evangelio de San Marcos, cuya mirada se centra en Jesús sufriente y entregado, para obtenernos el perdón por nuestros pecados. Todo está orientado a valorar la constante acción de Dios en favor de sus Hijos, y como consecuencia de ese amor que se nos tiene primero, responder con la conversión de nuestras vidas y costumbres.
Ya hemos iniciado este tiempo de Cuaresma, con la celebración del Miércoles de Cenizas. La imposición de la Ceniza es para recordarnos que nuestra vida en este mundo es breve, pero que si nos convertimos y creemos en el Evangelio, nos encaminaremos a la Vida Eterna en el Reino de Dios. Porque Cristo Vive, viviremos para siempre con Él.
Queridas hermanas y hermanos, nos despedimos de ustedes deseándoles que Dios inspire en ustedes sentimientos de alegría y gozo que nos ayuden a vivir este tiempo de reconciliación con el Padre del Cielo y con los hermanos. Bendecida semana.
Comunidad de la Parroquia San Cipriano.