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La paralización del CAREM profundiza el desmantelamiento de la política nuclear argentina.

La obra del primer reactor nuclear 100% argentino se detiene por completo. Trabajadores denuncian despidos masivos y señalan al ajuste del gobierno de Milei como la causa real detrás de la medida.

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El desmantelamiento de la política nuclear en Argentina sigue avanzando a pasos agigantados. La más reciente y alarmante novedad es la paralización total del CAREM, el primer reactor nuclear diseñado y construido íntegramente en el país. Según informó la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la nueva gerenta del área del CAREM anunció la decisión de no continuar con la construcción civil del proyecto, ordenando la suspensión total de la obra.

En un comunicado, ATE manifestó su preocupación: «Se frenan los trabajos, lo que genera el despido de la mayoría de los obreros y la paralización del proyecto». Los trabajadores, organizados en sindicatos como Uecara, Uocra, ATE y Luz y Fuerza, señalan que la excusa oficial para esta medida son presuntos problemas de ingeniería. Sin embargo, desde las organizaciones gremiales entienden que la verdadera razón es el «brutal ajuste que está realizando el gobierno de Milei y ejecutando las autoridades de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)».

El proyecto CAREM se destaca como una de las pocos en construcción a escala global. En la actualidad existen menos de un centenar de centrales de este tipo. Gigantes de la industria nuclear como Hitachi o Westinghouse apuntan a comenzar a construir sus primeros modelos antes del 2030. Otras compañías más nuevas, como Terra Power de Bill Gates, también tiene en carpeta proyectos similares.

Este tipo de diseño se denomina Small Modular Reactors o Reactores Modulares Pequeños (SMRs) y utiliza tecnología de fisión  libre de dióxido de carbono, capaz de garantizar el abastecimiento eléctrico a través de volúmenes masivos de energía generados de forma permanente sin intermitencias, energía y sin emitir gases de efecto invernadero.

El impacto de esta decisión no solo afecta al personal directamente involucrado en la construcción, sino que también representa un golpe significativo a la capacidad de Argentina para mantener su independencia en la producción de energía nuclear, un área en la que el país ha sido históricamente un referente en la región.

En respuesta a la paralización, los trabajadores llevaron adelante una contundente medida de fuerza, bloqueando la Ruta Nacional 9 durante el mediodía del lunes. Esta acción es un claro indicio de la tensión y el descontento que crece entre los trabajadores del sector, quienes temen por la pérdida de sus empleos y por el futuro del desarrollo nuclear en Argentina.

La paralización del CAREM marca un punto de inflexión en la política energética del país, evidenciando el impacto de las decisiones económicas en sectores estratégicos y poniendo en riesgo la continuidad de un proyecto emblemático para la soberanía tecnológica nacional.

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