Los automovilistas recibirán un nuevo golpe al bolsillo este viernes, cuando entre en vigencia un aumento en los combustibles derivado de la actualización de los impuestos al sector. La medida fue oficializada este lunes mediante el Decreto 1134/2024, publicado en el Boletín Oficial con las firmas del presidente Javier Milei, el Jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía, Luis Caputo.
La actualización tributaria impactará directamente en los valores que las petroleras trasladan al consumidor final, provocando un alza en los precios de los combustibles en las estaciones de servicio de todo el país. Este ajuste, que responde a la política fiscal del gobierno, se suma a una serie de incrementos que han tensionado el poder adquisitivo de los argentinos en los últimos meses.
Desde el sector petrolero, las empresas aseguran que este traslado de costos es inevitable para sostener la operatividad y rentabilidad en un escenario económico complejo. Por su parte, organizaciones de defensa al consumidor han manifestado preocupación por el impacto que esta medida tendrá en el costo de vida y en el transporte de bienes y servicios.
El incremento en los Impuestos a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono será de un 1,75%. Los nuevos montos entrarán en vigor el 1° de enero y regirán hasta el 31 de ese mismo mes.
Días atrás YPF anunció cuáles serán los nuevos precios a partir de enero e informó que el incremento comenzará a notarse en los surtidores a partir del 3 de enero. El incremento se prorrogó para evitar un fuerte impacto en el bolsillo de los viajeros durante los primeros días del año.
En noviembre los combustibles ya habían subido un 3,9% y en los últimos 12 meses subieron un 256%. El impacto de las subas se siente en el surtidor, la demanda total de combustibles acumuló en noviembre pasado una caída interanual del 10,5%, marcando el doceavo mes consecutivo en que se encuentra por debajo de los niveles del mismo mes del año anterior.
Con este nuevo aumento, el combustible se consolida como uno de los rubros más sensibles en la economía doméstica, afectando tanto a los particulares como a la actividad productiva en general.